La
cadena británica de supermercados Tesco, hace unos años revolucionó el concepto
de compra electrónica al introducir Homeplus en el metro.
Korea
del Sur es considerado el segundo país más trabajador del mundo, por ello, es
en él donde mayor relevancia cobra el dicho “el tiempo es dinero”, y es que una
hora para hacer la compra a la semana puede suponer un gran esfuerzo para un
coreano. Tesco aprovechando esta situación y como vía para situarse como número
uno en el mercado, puesto que ocupaba por la empresa E-mart sin abrir nuevos
establecimientos, puso en marcha Virtual Homeplus.
Unos
paneles colocados en el suburbano que simulaban las estanterías de cualquier
supermercado cubrían las paredes de los pasillos. La principal peculiaridad de
esto era que los usuarios no podían coger los productos y llevárselos a casa,
sino que, para poder comprarlos debían escanear el código QR que aparecía junto
a cada uno. Tras haber seleccionado todos los bienes deseados el consumidor
finalizaba la compra, y una vez efectuado el pago con el móvil, esta le era
enviada a su domicilio.
De
esta forma, mientras los coreanos esperaban el transporte podían realizar sus
compras diarias, ahorrando tiempo, y aportando un gran número de clientes a la
cadena. Además, mediante la entrega a domicilio de los productos se solucionaba
otro problema, y es que en la mayoría de las ciudades coreanas el tráfico es
tan intenso que los ciudadanos se ven obligados a cargar con la compra en el
transporte público. Al eliminar este problema el número de productos adquirido
podía ser mayor y más pesado, aumentando de esta forma también las ventas.
Sin
embargo, esta idea no está exenta de críticas. Entre ellas encontramos el hecho
de que no se puede ver la información nutricional del producto, salvo que al
escanear el código una opción habilite a ello. En una sociedad donde el número
de alergias e intolerancias crece anualmente los componentes de un producto son
una información básica. Otra pega a este sistema es la imposibilidad de elegir
el producto concreto que deseamos según nuestros gustos. Por poner un ejemplo,
si un consumidor desea comprar un tomate más grande o más maduro no tiene
opción. Lo cierto es que estas pegas no son exclusivas de esta idea, pues
afectan al comercio electrónico en general. Al fin y al cabo, esta técnica es
solo un paso más en la compra online, pues ya no compras desde tu ordenador
sino con tu móvil, a la vez que supone un reclamo para los clientes.
Esta
innovación resultó muy exitosa para la compañía que en solo tres meses había
incrementado sus ventas en un 130%.
Lo
que más interesante me resulta de esta idea es el efecto que tiene en los
consumidores, pues se trata de un momento en el que las personas están
aburridas, contando los minutos que faltan para que entre el tren, y al tener
los productos expuestos, sin tener que buscarlo como sucedería en una compra
normal por internet, es fácil que se vea atraído por los mismos y compre lo
necesario, y puede que incluso algún capricho de más.
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